viernes, 10 de junio de 2011

Si ves que cierro los ojos y quedo quieta, no me des tu preocupación ni me arranques la sábana, que siempre los abro dos minutos antes,

sabiendo que cuando apoye los pies en el suelo para incorporarme seré algo menos yo misma y un poco más quien debo ser. La mente fría se impone a la calidez de la locura de quien lleva la pasión al límite.