viernes, 22 de julio de 2011

Liberada.

Duele amar(te)
si traicionas la lealtad
de esta entrega tatuada.
Y a derrotarte de madrugada
se obliga la inocencia,
ácida,
con la risa
de quien sonríe al riesgo
implícito en la iniciativa
del querer
y exige una prima.
Ahora, desvelado el sueño
y a solas,
el precio a pagar es elevado.
Desgarrar un sentimiento en exclusiva
y seguir dudando del regreso,
si tú voceas otro andar,
en un descuido de mi presencia,
en un olvido de mi promesa.